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Arquitectura negra

Nuestra arquitectura constituye una de las señas de identidad de los pueblos de la comarca del Ocejón y de casi toda la Sierra Norte de Guadalajara. No obstante, los pueblos más identificados con esta denominación están situados en las dos rutas que, partiendo de Tamajón, se dirigen a Valverde y a Majaelrayo. Su peculiaridad y estado de conservación han merecido ser considerados para la declaración como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Los elementos característicos de nuestra arquitectura tradicional lo componen materiales propios de la tierra: piedra, pizarra, madera y barro, aunque con posterioridad se hayan adoptado materiales orientados a mejorar la solidez y habitabilidad de nuestras construcciones, sin desmerecer el aspecto externo de las mismas. Con frecuencia en las fachadas se incorporan también cubiertas vegetales (rosales, parras, yedras) que ofrecen un triple beneficio de aislamiento, embellecimiento y producción.

La pizarra es el elemento constructivo principal que justifica la denominación e imagen que ofrecen nuestros pueblos negros; se utiliza tanto en las cubiertas como en los muros, más o menos mezclada con cuarcita o caliza y antiguamente recibidas con mortero de paja y barro.

Mientras que en la zona de Majaelrayo y Campillo se utiliza con más profusión la pizarra en los muros, en el caso de Valverde, y también Palancares y Almiruete, se mezcla con más profusión con piedra caliza y canto rodado, por lo que a la imagen que ofrece se le ha denominado también como arquitectura dorada.

Las viviendas en Valverde solían tener dos plantas más la cámara o desván. En la planta baja solían estar las caballerías, el cuarto de las patatas y herramientas y quizá alguna habitación, estancias a las que se a accedía desde el portal. La escalera de madera conducía a la planta alta en la que estaba la cocina, lugar donde se desarrollaba la vida habitualmente y el patio, especie salón central y comedor desde el que se accedía a las habitaciones, algunas con alcoba anexa, y a la escalera que conducía a la cámara.

La construcción de las casas en tiempos pasados y a veces en la actualidad, era una tarea comunitaria, asumida por todo el pueblo con generosidad, sobre todo el día que tocaba hacer el tejado.

También las construcciones accesorias, como los hornos o casillas para el ganado, como los puentes, cercas o majanos utilizan la piedra y pizarra como elemento constructivo, aunque en estos casos sin el empleo de argamasas.

Algunas de estas construcciones son elementos característicos del paisaje que merecen ser conservadas como parte del patrimonio cultural de nuestra tierra y legado de nuestros mayores.